A veces un pequeño detalle, insignificante para nosotros, puede ser de suma importancia para el otro. Muchas veces, por no decir siempre, eso que nos parece vano, innecesario, de más, sin importancia y hasta obvio; puede ser lo más y lo único importante para los demás. Y aún si no fuera para el otro lo más importante, siempre es el detalle el que hace la diferencia. Así, una simple flor puede ser mejor regalo que una ramo de carísimas rosas, si aquella flor resultase ser la indicada; como por ejemplo su flor favorita o la misma que en la primera cita.
Muchas veces se nos da por creer, que la escala de valores que le otorgamos a las cosas, a las personas, a los sentimientos, a todo nuestro mundo en general; es necesariamente igual a la de los demás y derrepente nos encontramos yendo por la vida diciendo <no entiendo cómo puede enojarse por eso> , <cómo puede haberse olvidado de tal cosa> o <cómo puede ser tan insensible>. Somos jueces con nuestras propias leyes en países extranjeros y sin embargo ¡cuánto nos cuesta juzgar nuestros propios actos a la luz de nuestros propios valores y convicciones!; porque ciertamente nunca los cumplimos al pie de la letra.
Y ahí es donde pensamos y nos convencemos de que agradar al otro es imposible <¿Cómo voy a comprenderlo, si para mí es una total estupidez lo que está diciendo?> <¿Cómo puede ser así, acaso no se da cuenta de lo importante que es esto para mi?> y es allí donde el detalle hace la diferencia. Quizás nunca logremos darle la importancia exacta que para el otro tiene eso y evidentemente nunca lograremos hacer entender al otro, lo importante que es tal cosa para nosotros, o lo poco que nos interesa; Pero si salimos tan sólo un segundo de nuestra burbuja y enfocamos sólo por un instante la mirada en el otro para descubrir algo simple, sencillo, pequeño, que sea de mínima importancia para el otro pero que, en fin, sea importante para él y no sólo para nosotros; habremos entonces encontrado El Detalle, ese mínimo e insignificante detalle que hace la gran diferencia. Ese detalle que nos permitirá hacer sentir al otro, querido, valorado, tenido en cuenta, importante, valioso, recordado, amado; pero que por sobretodo nos permitirá reconocer en los demás los detalles que nos ofrecen día a día y podremos así, sentirnos de esa misma manera nosotros mismos.
Muchas veces se nos da por creer, que la escala de valores que le otorgamos a las cosas, a las personas, a los sentimientos, a todo nuestro mundo en general; es necesariamente igual a la de los demás y derrepente nos encontramos yendo por la vida diciendo <no entiendo cómo puede enojarse por eso> , <cómo puede haberse olvidado de tal cosa> o <cómo puede ser tan insensible>. Somos jueces con nuestras propias leyes en países extranjeros y sin embargo ¡cuánto nos cuesta juzgar nuestros propios actos a la luz de nuestros propios valores y convicciones!; porque ciertamente nunca los cumplimos al pie de la letra.
Y ahí es donde pensamos y nos convencemos de que agradar al otro es imposible <¿Cómo voy a comprenderlo, si para mí es una total estupidez lo que está diciendo?> <¿Cómo puede ser así, acaso no se da cuenta de lo importante que es esto para mi?> y es allí donde el detalle hace la diferencia. Quizás nunca logremos darle la importancia exacta que para el otro tiene eso y evidentemente nunca lograremos hacer entender al otro, lo importante que es tal cosa para nosotros, o lo poco que nos interesa; Pero si salimos tan sólo un segundo de nuestra burbuja y enfocamos sólo por un instante la mirada en el otro para descubrir algo simple, sencillo, pequeño, que sea de mínima importancia para el otro pero que, en fin, sea importante para él y no sólo para nosotros; habremos entonces encontrado El Detalle, ese mínimo e insignificante detalle que hace la gran diferencia. Ese detalle que nos permitirá hacer sentir al otro, querido, valorado, tenido en cuenta, importante, valioso, recordado, amado; pero que por sobretodo nos permitirá reconocer en los demás los detalles que nos ofrecen día a día y podremos así, sentirnos de esa misma manera nosotros mismos.
Comentarios
Publicar un comentario