Ir al contenido principal

Pérdidas

El año anterior perdí tantas cosas, tanta gente amada, de todas las maneras y por todos los motivos. Y por eso, cuando comenzó este año, me prometí recuperar  lo recuperable, hacer hasta lo imposible por lograrlo y esforzarme por no volver a perder nada amado, al menos lo que estuviera al alcance de mis manos. Y de repente  heme aquí, tres meses tarde, dándome cuenta que te estoy  perdiendo, perdiendo a un amigo, un gran amigo, sin conocer siquiera los motivos. Estimo algunos, algunos posibles, todos errados, todos sin razonable sentido. Y sin embargo acá estoy, después de varios manotazos de ahogado, dejando que el tiempo pase, permitiéndome de nuevo perder lo querido.
No te culpo, que no se confunda, soy yo la que te fue perdiendo y dando por perdido. Pero ahora que lo noto, no quiero dejar que pase; no quiero dejar las cosas libradas al azar y hacer cómo si no te necesito.
Sólo pido dos cosas, no lo confundas más y no te alejes; déjame rescatar al menos lo que queda de, esta, nuestra amistad. Déjame rescatar lo que aún no se ha hundido, sólo si lo crees preciso. Pero, preciso o no, te pido un aviso, unas palabras, un mate, un abrazo, una explicación, que sepa decirle a este corazón, que poco entiende de razones, los porqués que necesita para sentirse tranquilo.
Te confieso que me pone, un poco, bastante triste este improvisto. No sólo te descubro lejos, distante, perdido; sino que me topo también con mi falta de compromiso, hasta con los que yo misma me he escrito.
¡Qué impotencia! verte lejos y no poder gritarte
¡Qué descuido! dejarte ir, haberlo permitido...
¡Qué tristeza! ¿Me das una oportunidad, para charlarlo contigo?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Libres

  SER LIBRES DE LAS OPINIONES DE LOS DEMÁS. LIBRES DE LA ESCLAVITUD QUE SIGNIFICA ESTAR PENDIENTES DE LA IMAGEN FRENTE A LOS OTROS"  [Gurdjieff]   Confía en tu corazón, olvida las opiniones externas y suelta los viejos mandatos heredados y repetitivos sobre quién y cómo deber ser o hacer. Sólo cuando hayas olvidado todas las reglas, las criticas, incluso las constructivas y lo que los otros desean y esperan de vos, habrás podido hacer el suficiente silencio para escuchar en tu interior y despertar; tomar conciencia que depende sólo de nosotros ser todos los protagonistas de nuestra propia historia y animarnos, pese al qué dirán, a elegir lo que nos hace felices, lo que verdaderamente deseamos. No tengas miedo que el único pecado es no ser felices. •(Esto lo agrego yo)•

Memoria

No alcancé a esbozar el pensamiento y ya tenía su sonrisa frente a mis ojos. -Te quiero- decía sin saberlo y sin saber lo bien que me hacía. Un cuidadoso pero cálido abrazo rompió el hielo que hacía meses nos tenía separados, congelados, inmóviles casi irreconocibles. Lo extraordinario fue cómo mis brazos recodaban la forma exacta de su espalda y mi espalda el calor y la energía de su manos. El cuerpo tiene memoria, más memoria que la propia memoria; al menos que la mía que, dolida y asustada, ya hacía tiempo lo había olvidado. El cuerpo tiene memoria, me dijo mi maestra de danzas a mis ocho años y hoy recién la comprendo pues lo he comprobado . El cuerpo tiene memoria, sólo bastó una sonrisa y la fiesta pudo acabar en paz.

Un cuento de hadas

Sofía creía haberse enamorado, como se enamoran todas las chicas de su edad. Ciertamente lo había hecho, pero no como todas las otras. Amaba sus palabras, sus ojos, el olor a su piel, lo suave de su cabello. Y decía que él amaba el color de su voz, el sabor de su mirada y el olor de sus besos. Se amaban tanto, que tenían un país inventado, que digo un país, un mundo entero, donde el cielo permanecía en la aurora y los árboles eran todos de moras. Ella lo amaba, como todas las chicas de su edad aman, él la amaba, como las aman a todas las chicas de su edad; Se amaban tanto, que en un lugar se les acabó el amor y no se dieron cuenta. Sofía creía haberse enamorado pero, los cuentos de hadas son sólo eso, ella debió saberlo.