Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2013

Escala de Grises

No se por qué, pero los días grises suelen ser mis días más felices; aunque a veces sospecho que aún no sé qué es la felicidad, pero de lo que estoy segura es de que hoy es el día más gris que he conocido, y este día no es feliz.

El Detalle

A veces un pequeño detalle, insignificante para nosotros, puede ser de suma importancia para el otro. Muchas veces, por no decir siempre, eso que nos parece vano, innecesario, de más, sin importancia y hasta obvio;  puede ser lo más y lo único importante para los demás. Y aún si no fuera para el otro lo más importante, siempre es el detalle el que hace la diferencia. Así, una simple flor puede ser mejor regalo que una ramo de carísimas rosas, si aquella flor resultase ser la indicada; como por ejemplo su flor favorita o la misma que en la primera cita. Muchas veces se nos da por creer, que la escala de valores que le otorgamos a las cosas, a las personas, a los sentimientos, a todo nuestro mundo en general; es necesariamente igual a la de los demás y derrepente nos encontramos yendo por la vida diciendo <no entiendo cómo puede enojarse por eso> , <cómo puede haberse olvidado de tal cosa> o <cómo puede ser tan insensible>. Somos jueces con nue...

Osiris

Oigo tu voz, pero tu voz no me habla. Te grito en silencio y no me escuchas. ¿Dónde estás? ¿Dónde te has metido?. Pequeño y sigiloso como siempre has sido, te veo pero no puedo tocarte. Y de pronto, así de la nada elijo meterte al fondo de un cajón olvidado, quizás ahí desaparezcas para siempre y pueda por fin dejarte yo de molestarte. Pero no, quizás no sirva de nada, porque deberías desaparecer desde siempre y no para siempre. ¿Y cómo hago ahora para que nunca hayas existido? si, aunque te fueras al final del universo, aquel beso que te dí irá a buscarte, tan sólo para torturarme. ¿Y cómo hago ahora para no haberte conocido? si, aunque quitara de un borrón todas las fotos, tu sonrisa mañanera vendrá a despertarme en algún sueño que yo no elijo. ¿Y cómo hago ahora para no saber tu nombre? si, aunque olvidara todas las letras con las que escribo, aún sabré Juan, que te llamas Francisco... ¿Cómo hago ahora? si oigo tu voz, pero ya no canta para mí, ni a mi oído... Quizás sea ...

Andar

Nunca tuve buena puntería, nunca supe apuntar un objetivo... Lo mío es anda, sin mirar muy bien por dónde. Andar, descalza, despacio y sin prisas... Sin miedo a caer, aunque no sepa levantarme... Sin miedo a alejarme porque no se a dónde voy... Sin miedo a perder, porque no tengo nada... Lo mío es Andar si mirar muy bien por dónde, solo sintiendo el suelo bajo mis pies... siempre mirando el cielo, aunque suela llover. Lo mío es andar, aunque andar deje huellas en el camino y heridas en los píes...

Te espero

Te espero, mientras cuento cada una de las estrellas que voy a regalarte cuando te tenga a mi lado... Pero probablemente nunca vuelva a tenerte y nunca pueda darte todas las estrellas que te estoy contando. Hubiera querido darte cada una de mis estrellas, pero se que no las hubieras aceptado. Por eso prefiero guardarlas, tal ves algún día quieras venir a contarlas conmigo, sobre las tejas de mi techo, mientras te tomo de la mano y me das un beso. Mientras te miro a los ojos y baja el cielo. Acá estaré esperándote hasta el día que acabe de contar las estrellas que junto para regalarte. Te amo

Sonríes

Sonríes y el mundo se ilumina. Pero sé que mis oídos no escucharán más tu risa y mi mundo se vuelve oscuro si no estas. Te perdí para siempre, aún sin haberte tenido. Cuando duele el adiós, que difícil el olvido. Cómo cuesta caminar las calles que uno mismo ha destruído... cómo cuesta mirarse al espejo después de haberse desfigurado por completo. ¡Hola, aquí estoy! me digo a mí misma, solloza y perdida. ¡Hola, a mí no me has perdido! me dice mi reflejo casi desaparecido. ¡Hola, no me tengas miedo! me dicen mis propios ojos nublados de mar. ¡Hola, aún puedes sanar! dice mi alma palpitando una vez más... Sonríes y mi vida vuelve a brillar... sonríes, no para mí, pero igual me hace feliz.

Lo irremediable

Hacia tiempo que Laura no caminaba por aquellas calles, de hecho cuando partió de casa aquel día, juró que nada la haría regresar por aquellos lados. Ahora estaba allí caminando entre las baldosas que conocía casi de memoria. Puso un pie delante del otro y caminó en linea recta sobre la junta de las bandosas, mientras pensaba en silencio. -¿Por qué? ¿por qué a mi? -. No cabían dudas de que las cosas son como son y que son por alguna razón en especial, aunque aún no pudiera verla; Pero aún así, Laura no podía evitar preguntarse por qué. Entro a la casa y se sentó cerca. Desde donde estaba podía mirarla. Clavo sus ojos en ella y en silencio dejó que cayeran sus lágrimas, esas que venía apretando fuerte en medio de la garganta. Así, lentamente, fue enjuagando cada uno de esos dolores que guardaba. Todo parecía desierto de aquí en adelante y eso la hacía temblar todavía, pero se puso de pie y la besó en la frente, respiró hondo y dejó caer la ultima lágrima sobre su rostro. Hay cosas q...