Ir al contenido principal

Adios

    
Si no estás más en mi vida, debe ser porque me fui de la tuya. Y mi viaje empezó hoy, cuando seguí de largo mientras pasabas junto a mí.
Hoy junté mis palabras en vano, mi espera sin por qué, mis lágrimas para nadie y las enterré en lo más profundo de mi olvido.
No encontré formas de decirte lo mal que me siento y lo bien que quiero que estés, a pesar de que no va a ser conmigo.
No puedo retenerte en el sueño que soñé para nosotros, porque ya no estabas en la realidad en la que dormía y lo soñaba.
Entonces salgo a la ruta de la vida a buscar un sueño que me muestre una pierna en algún parador camionero.
Es triste pero es.
No estuviste cuando rocé la locura, sé que lo intentaste, sé que me pensaste aquellas noches que los dos sabemos… pero me hiciste falta cuando la tristeza me ahogaba, aunque hayas atendido el teléfono, aún te necesitaba.
¿Qué fue lo que no te dí? ¿Qué fue lo que no supe hacer? ¿Cuánto debía esperar? ¿Será que faltaron noches o faltaron días? Es que creo que escribimos el final antes de comenzar. ¿Y si volviéramos a empezar? No quiero las respuestas, sólo siembro las preguntas mientras camino alejándome de vos para que alguna vez florezca una lección digna de aprender.
Estoy segura de que extrañaré lo que tuvimos porque ya lo extraño y sos el otro protagonista de esa historia en la que nadie comió perdices.
Diciendo esto no busco tu lástima por no corresponderme, no la necesito, soy realista. Ni tu perdón por las heridas que nos causé, no me hace falta aunque lo repita, soy fuerte. Ni mucho menos tu atención, no la quiero porque no es toda mía. Me lo estoy diciendo a mi también, porque fui yo la que dejó que entraras a mi corazón, a pesar de tus advertencias y las de la vocesita sobre mi almohada.
Pero si alguna vez, caminando lento y constante, llego a algún lado, te voy a invitar para que lo disfrutes conmigo; como amigos o como quieras. Y si vos encontrás tu espacio en esta vida, ojalá me invites a visitarlo un día, una tarde de sol, eso me bastaría; tan sólo poder verte feliz allí y seguir.
O quizás podamos ser felices en otro capítulo.
No lo sé.
Puede que en otra vida seamos de esos que caminan de la mano sobre el sendero bajo el sol, o tal vez en esta misma, quién sabe, porque aún así y aquí, no pierdo las esperanzas, sólo me alejo y continuo. Tal vez podamos estar algún día, recostados un medio día, mirando las nubes pasar y burlones del que dirán reírnos de estas cosas que nos vinieron a pasar. Y abrazarte y abrazarme… Ojalá que en ese caso me entregue por completa, sin secretos, sin errores… y ojalá no me prejuzgues y te des cuenta de quién soy y lo que siento por vos.
Mañana no te voy a ver como muchos de mis días, como si fuera mi castigo por no haber notado que era poco para vos o no era lo mucho que esperabas.
Y seguirán sonando los violines y la música triste cada vez que piense en esos momentos que eran como hielo al sol.

Hasta un próximo invierno en el que las semanas tengan días, en lugar de noches…
Hasta una próxima vida, en que el que toque a la puerta seas vos, y yo no sea la que espera todavía en la vereda!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Libres

  SER LIBRES DE LAS OPINIONES DE LOS DEMÁS. LIBRES DE LA ESCLAVITUD QUE SIGNIFICA ESTAR PENDIENTES DE LA IMAGEN FRENTE A LOS OTROS"  [Gurdjieff]   Confía en tu corazón, olvida las opiniones externas y suelta los viejos mandatos heredados y repetitivos sobre quién y cómo deber ser o hacer. Sólo cuando hayas olvidado todas las reglas, las criticas, incluso las constructivas y lo que los otros desean y esperan de vos, habrás podido hacer el suficiente silencio para escuchar en tu interior y despertar; tomar conciencia que depende sólo de nosotros ser todos los protagonistas de nuestra propia historia y animarnos, pese al qué dirán, a elegir lo que nos hace felices, lo que verdaderamente deseamos. No tengas miedo que el único pecado es no ser felices. •(Esto lo agrego yo)•

Memoria

No alcancé a esbozar el pensamiento y ya tenía su sonrisa frente a mis ojos. -Te quiero- decía sin saberlo y sin saber lo bien que me hacía. Un cuidadoso pero cálido abrazo rompió el hielo que hacía meses nos tenía separados, congelados, inmóviles casi irreconocibles. Lo extraordinario fue cómo mis brazos recodaban la forma exacta de su espalda y mi espalda el calor y la energía de su manos. El cuerpo tiene memoria, más memoria que la propia memoria; al menos que la mía que, dolida y asustada, ya hacía tiempo lo había olvidado. El cuerpo tiene memoria, me dijo mi maestra de danzas a mis ocho años y hoy recién la comprendo pues lo he comprobado . El cuerpo tiene memoria, sólo bastó una sonrisa y la fiesta pudo acabar en paz.

Un cuento de hadas

Sofía creía haberse enamorado, como se enamoran todas las chicas de su edad. Ciertamente lo había hecho, pero no como todas las otras. Amaba sus palabras, sus ojos, el olor a su piel, lo suave de su cabello. Y decía que él amaba el color de su voz, el sabor de su mirada y el olor de sus besos. Se amaban tanto, que tenían un país inventado, que digo un país, un mundo entero, donde el cielo permanecía en la aurora y los árboles eran todos de moras. Ella lo amaba, como todas las chicas de su edad aman, él la amaba, como las aman a todas las chicas de su edad; Se amaban tanto, que en un lugar se les acabó el amor y no se dieron cuenta. Sofía creía haberse enamorado pero, los cuentos de hadas son sólo eso, ella debió saberlo.