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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Autoretrato

- Camino siempre mirando hacia arriba, cómo queriendo descubrir algo, o esperando que se caiga el cielo. - Amo el color azul, el olor a vainilla y las noches de verano. - Amo caminar descalza sobre el pasto y leer un libro a la sombra de un árbol. - Detesto la gente que no se anima a nada. - Me gustan los globos. - Mis amigas dicen que soy muy enamoradiza, yo digo que hace tiempo dejé de creer en el amor. - Sólo tomo mate cuando hay con quién compartirlo. - Amo las verduras hervidas. - Le tengo fobia a la lechuga. - Aún me duelen algunos amores y algunos amigos, alguna gente que justa o injustamente se ha ido. - Extraño a mi abuela y a mi perra. De distintas maneras, pero han sido mi grandes amores. - No creo en las coincidencias. - Sospecho del destino. - Prefiero las noches sin luna, pero me encanta la luna. - Alguna vez, y no sólo una, me puse a contar estrellas. - Alguna vez amé demasiado a quién no se lo merecía. - Otras tantas, no supe amar. - Me gusta mucho escu...

La noche está estrellada

Tengo ganas de escribirte y no sé qué, quisiera decir como N eruda "la noche está estrellada" pero prefiero algo más mío. Y de repente se me ocurre contarte todo lo que me haces sentir, pero no existen palabras aún para explicar las cosas que inventas en mí. Y mientras tanto, camino impaciente por el patio de la casa, te pienso, te espero; como se esperan las cosas que uno no se sabe que vendrán, sin recetas, eternamente, como se espera a la felicidad. Estás ahí, no puedo creerlo, en alguna parte de la historia, a Dios se le mezclaron los papeles y terminamos juntos. Sólo así puede ser cierto. No se de dónde venís, cuál es tu historia, a quién más has amado; sólo se que estás ahí y eso me basta. Cerca o lejos, ya no me importan las distancias; hay cosas más importantes y, al fin y al cabo, siempre habrá una estrella donde podamos encontrarnos; en esas noches que tanta falta me haces, que tanta falta te hago, siempre podré imaginar que, como yo, estarás mirando el cielo, y ...

Pan para compartir

RECETAS DE MAMÁ CORAZÓN Pan para compartir: Coloque el paisaje más hermoso en un bould grande, agregue una pizca de buen río, llovizna a gusto y una cuacharadita de aire fresco de las sierras. Bata con fuerza e incorpore risas, buenos momentos y buena onda, en grandes cantidades. Amase hasta formar una masa suave, divida en 10 bollitos de amigos, diferentes, particulares y únicos. Hornee durante 2 días al vivo fogón.  Sírvase tibiecito, al corazón.

La buena suerte

No digo que no tenga buena suerte, el tema es que no sé que hacer con ella. Y de repente irrumpes en mi vida, como un regalo inesperado, que viene a salvarme del abismo y yo muero de miedo de perderte, de no saber aprovechar una vez más, la buena suerte que me vino a tocar. Cuando era chica, hacíamos pan-queso para ver quién empezaba eligiendo a su equipo antes de empezar el partido y yo siempre ganaba; pero cuando estaba ahí, primera para elegir, con el comodín en la mano, siempre terminaba señalando con el dedo a mi amiga, esa que sabía que sino la iban a elegir última. Y entonces otra y otra vez, el comodín desperdiciado. O no, quien sabe. Pero igual, nunca puede elegir al mejor jugador. No sé por qué. Siempre con la carta en la mano y nunca sé cuándo jugarla. Y de menos chica también me ocurre. La vida me ha dado tantas oportunidades y siempre termino no sabiendo que hacer con ellas. Como ahora, que llegas a mi vida en el momento indicado, en el más preciso mom...

Tengo ganas

Tengo ganas de despertarme un día y sentir tu olor en la cama, ver tu ausencia en las sábanas arrugadas y saber que estás en la cocina. Que no te has ido. Despertarme feliz de haber dormido a tu lado y que hayas dormido al lado mío. Tengo ganas de reventar burbujas de jabón en tus mejillas y reír a carcajadas haciéndote cosquillas. Quiero quererte y que me quieras, quererte como te mereces y que de un sólo beso me hagas olvidar todo el pasado. Y despertarnos un día y comer tostadas con mate y que a nadie le importe si están quemadas o que entre un beso y el otro el agua se nos haya hervido. Y que la mañana se pase volando en tus brazos y por la tarde, pueda llevarte a pasear de la mano, por la vereda que lleva a ningún lado. Quiero confesarte al oído, que me ganaste ya hace tiempo y que me encanta tu sonrisa. Quiero que sepas que me haces mucho bien y que lo único que sueño es hacerte feliz, aunque sea un poquito. Poder cambiar tu vida desde las pequeñeces, en lo cotidiano, con un ...

Anecdotario 02

Anécdota segunda ¡La calor que hace! Me desperté y el día estaba para derretirse. Evité el desayuno, porque lo único frío en mi heladera era Yogur, ¡Wácala!. Y me quise sentar a leer en el patio, pero hasta el pasto estaba caliente. Entonces de repente, se me prendió la lamparita. La manguera azul me miraba con ganas. Observé todo mi alrededor y localicé: Manguera azul, sapito, soga de la ropa vacía. Entonces, alimentada desde la infancia por las aventuras de Mc Giver, uní los tres elementos y ¡Wualá! ¡HICE LLOVER EN MI PATIO! Pronóstico reducido al patio de mi casa: Llueve intensamente en Córdoba, la música suena y la gente baila bajo la lluvia. Resumen: Día feliz

Anecdotario 01

Hoy inauguro esta sección, que sólo tiene el objetivo de conservar esas pequeñas anécdotas cotidianas que merecen pasar a la historia. (Los nombres de algunos personajes y lugares pueden ser versionados para conservar su identidad) :p La primer Anécdota "Siempre gano por cansancio" Ayer estaba con una amiga contándole sobre mi nuevo chico, ese candidato ideal, que siempre llama, que responde cada vez que le escribo un mensaje, que no necesita que le escriba para escribirme, etc. etc. etc. Entonces quise comprobarle que era cierto y le escribí pero ¡El muy guacho, NO respondió!.  Y dije - Ya vas a ver," Yo siempre gano por cansancio "- mientras reenviaba unas doscientas veces el mensajito del infierno. Para el mensaje número doscientosuno, Él respondió y yo orgullosa de haberlo logrado, sonriendo con cara de siempre me salgo con la mía, leí el texto en voz alta. -"ESTOY OCUPADO"-. Desapareció mi sonrisa y dije - " Bueno, a veces empato ". Derr...

Domingo

Resulta que hoy es domingo, más domingo que todo los domingos que he conocido y yo estoy sola. Sobre el escritorio, una pila de tareas por hacer, el monitor de la computadora encendido y el tic-tac desprolijo de un reloj casi sin pilas. -Cero ganas de estudiar- sentencié la tarde con esa frase y me dispuse a dar vueltas por la casa buscando una excusa que me impida sentarme a leer, lo que debía leer. Un par de vasos sucios, la manguera y el patio, la llamada de un amigo y hacer un poco de ejercicio ocuparon lugar en la tarde; pero el reloj aún marcaba las seis. -¿Dibujo o no dibujo?, ¿Dibujo o no dibujo?. ¡Hace mucho calor!- y se terminó el dilema. Apoyé la espalda sobre el pasto, las patitas juguetonas de mi perro corrían a mi al rededor sin provocar el mínimo revuelo, todo se veía extraño, si hasta el azul del cielo parecía haberse desteñido. Algo estaba mal. Fui a mi biblioteca - Isabel, Neruda, Julio, Galeano; todos asomaban la mano haciendo señas para que los tome y enton...

Memoria

No alcancé a esbozar el pensamiento y ya tenía su sonrisa frente a mis ojos. -Te quiero- decía sin saberlo y sin saber lo bien que me hacía. Un cuidadoso pero cálido abrazo rompió el hielo que hacía meses nos tenía separados, congelados, inmóviles casi irreconocibles. Lo extraordinario fue cómo mis brazos recodaban la forma exacta de su espalda y mi espalda el calor y la energía de su manos. El cuerpo tiene memoria, más memoria que la propia memoria; al menos que la mía que, dolida y asustada, ya hacía tiempo lo había olvidado. El cuerpo tiene memoria, me dijo mi maestra de danzas a mis ocho años y hoy recién la comprendo pues lo he comprobado . El cuerpo tiene memoria, sólo bastó una sonrisa y la fiesta pudo acabar en paz.