Tengo ganas de escribirte y no sé qué, quisiera decir como Neruda "la noche está estrellada" pero prefiero algo más mío. Y de repente se me ocurre contarte todo lo que me haces sentir, pero no existen palabras aún para explicar las cosas que inventas en mí.
Y mientras tanto, camino impaciente por el patio de la casa, te pienso, te espero; como se esperan las cosas que uno no se sabe que vendrán, sin recetas, eternamente, como se espera a la felicidad.
Estás ahí, no puedo creerlo, en alguna parte de la historia, a Dios se le mezclaron los papeles y terminamos juntos. Sólo así puede ser cierto. No se de dónde venís, cuál es tu historia, a quién más has amado; sólo se que estás ahí y eso me basta. Cerca o lejos, ya no me importan las distancias; hay cosas más importantes y, al fin y al cabo, siempre habrá una estrella donde podamos encontrarnos; en esas noches que tanta falta me haces, que tanta falta te hago, siempre podré imaginar que, como yo, estarás mirando el cielo, y en alguna estrella, se cruzarán nuestras miradas y, a través del viento, acariciaré tu pelo.
La noche está estrellada, y yo en cada estrella te encuentro. El viento de la noche gira en el cielo y canta, y es tu voz la que acaricia mi pelo.
Tengo ganas de escribirte, pero de sólo pensarte, ya te tengo.
Amor... Solo puedo responder ante tanta dulzura con un beso: y esto es, "cdo callan las palabras, y habla el corazón". Pronto, muy pronto....
ResponderEliminarPronto, muy pronto. No sé esperar, pero te espero.
ResponderEliminar