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Quisiera pedirle a Dios esta noche que tome en sus manos esto que nos pasa, pero no puedo soltarte. Rezo pidiéndole que no se haga mi voluntad y me siento una hipócrita, porque no puedo aceptar cualquier voluntad. Es que si decidiera quitarte de mi vida, quitarme de la tuya, no lo aceptaría, y es por eso que, hoy, no puedo pedirlo a corazón abierto, ni a viva voz...
Y es que aunque lo repita infinitas veces, no puedo decir "dale Señor ser feliz", como solía hacerlo, porque hoy nada me asegura que, en tu honda felicidad me guardes un lugar. No puedo decir "gracias Señor por su mirada y su sonrisa" porque agradecer tu mirada sin mis ojos reflejando tus pupilas y tu sonrisa sin el eco de mi risa, para mí hoy es una gran mentira, que no hace más recordarme lo muy egoísta que no puedo dejar de ser si pienso en ti.
No puedo rezarte esta noche. Te extraño tanto, te guardo en mi mente segundo a segundo, pero no puedo rezarte esta noche. Y ahí están tus dulces ojos pardos, mirando el cielo estrellado de tus sueños y yo aquí, queriendo rezarte y no puedo.
Y como no puedo rezarte esta noche, entonces rezo...
"Dame Señor amor más verdadero. Dame Señor aceptar más, pretender menos. Dame mi Dios... saber mirar el cielo"
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